domingo, 2 de marzo de 2008

En la XIII Exaltación de la Semana Santa

lo dijo Manuel Madrid Delgado, el IV Domingo de Cuaresma, 2 de marzo de 2008 en el auditorio del Hospital de Santiago El Mayor Apóstol

... Se ha cumplido la hora última del drama y hay por las calles silenciosas un cortejo de sombras con capas negras y está el cuerpo roto de Jesús custodiado de antorchas, para que el fuego eleve una plegaria, una muda oración, una dolorosa desesperación...

domingo, 13 de abril de 2003

En el Pregón de Semana Santa 2003

lo dijo José Ramón López-Agulló Lendinez en el auditorio del Hospital de Santiago El Mayor Apóstol, el Sábado de Pasión 12 de abril de 2003

...Envuelto en un sudario y rodeado por cuatro antorchas de fuego, Jesús, es depositado sobre una fría piedra de mármol. Una gran losa sellará el Sepulcro. Impotente y desgarrada por el dolor, María de Nazaret presencia la escena. La lúgubre noche se ha revestido de tiniebla e incertidumbre. Todo está dispuesto para acompañar a Cristo en su Santo Entierro.

Durante su paciente espera, en la Plaza Vázquez de Molina, las distintas cofradías forman una extraordinaria amalgama de sonidos, colores, imágenes y tronos, propiciando uno de los momentos más genuinos de nuestra Semana Santa.


Aunque corren vientos de cambio sobre la misma, han surgido opiniones que discrepan sobre el modo de organizarla, y en los últimos años se ha comenzado a abordar un complejo proceso de revisión que, antes o después, exigirá una necesaria y profunda reordenación, que trate de asegurarle un futuro digno y estable. La Procesión General es, desde su creación en 1897, el signo de identidad cofrade que más nos distingue. Es, y valga la denominación que con gusto me apropio del título de la extraordinaria obra coral del maestro Romo y Molina Navarrete, un excepcional “Retablo de la Pasión”. La ordenada y puntual narración de todo cuanto ha acontecido en Úbeda desde el Domingo de Ramos hasta el mismo Viernes Santo. Una auténtica liturgia plástica. El lugar de encuentro y despedida entre las Hermandades que, sigilosamente, vuelven a sus Templos al concluir la procesión. Es, como muy atinadamente se la ha definido, la Síntesis de nuestra Semana Santa.


De regreso a Santa María, el elegante guión de capiruchos de terciopelo negro, se despedirá de su madre en la Cruz de Hierro. Para entonces, la noche nazarena ya se habrá hundido en las entrañas del Sábado Santo.

Pero la muerte no es el final. El final está en el triunfo de la vida que, con su limpia luz, nos anticipará la llama del Cirio Pascual. Y el Domingo, desde San Nicolás, los cohetes del alba anunciarán, gozosos, la gran noticia. Resucitó según dijo. De nuevo, se habrá cumplido la Escritura…